La cotización mensual en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social (RETA) tiene un coste significativo, por lo que muchos emprendedores buscan formas legales de facturar sin ser autónomo.

Con respecto a esto, los especialistas de Infoautónomos comentan que esto puede hacerse en el caso de que la prestación de servicios sea ocasional, ya que la Seguridad Social establece una serie de límites y requisitos.

Además, es importante conocer bien estos parámetros, porque quienes no los cumplen corren el riesgo de recibir multas o sanciones.

¿Cómo facturar sin ser autónomo?

En primer lugar, para facturar sin ser autónomo hay que estar dado de alta en Hacienda a través de la presentación de los modelos 036 o 037.

Por otro lado, la actividad económica no debe ser habitual ni generar ingresos superiores al salario mínimo interprofesional (SMI), que hoy en día es de 1.080 euros.

Sin embargo, los especialistas de Infoautónomos comentan que, cumpliendo estas condiciones, el riesgo de sanción no es inexistente, sino bajo. Por lo tanto, es preferible darse de alta en la Seguridad Social.

Ahora bien, los que optan por facturar sin ser autónomos deben darse de alta en Hacienda y declarar los ingresos obtenidos por IVA e IRPF de manera trimestral, aportando también un resumen anual.

Dejar de pagar los impuestos no está recomendado en ningún caso, ya que las empresas declaran sus operaciones y Hacienda puede darse cuenta fácilmente cuando un trabajador no lo hace.

Cuando los impuestos derivados de un trabajo por cuenta propia han sido pagados, es posible darse de baja en Hacienda.

Tanto este trámite como el de alta son gratuitos.

Sanciones por facturar sin ser autónomo

Si bien los profesionales de Infoautónomos comentan que las autoridades de la Administración y la Inspección de Trabajo suelen optar por dejar que los trabajadores facturen sin ser autónomos, el riesgo de sufrir una multa o sanción existe.

Por ejemplo, un profesor que da clases de forma particular durante los fines de semana puede ser multado, por más que esta actividad genere pocos ingresos. Esto se debe a que podría estar incumpliendo la regla de la habitualidad.

En el caso de que las autoridades consideren que los requisitos no se están cumpliendo, las multas pueden ser de entre 300 y 3.000 euros.

A su vez, el precio depende de las cantidades facturadas y del tiempo que haya llevado la actividad realizada.

Además, en estos casos, la Seguridad Social obliga a hacer el alta en el RETA inmediatamente y el trabajador pierde el derecho a obtener bonificaciones como, por ejemplo, la tarifa plana para ingresar al régimen de autónomos.

Por último, el trabajador puede verse obligado a pagar las cuotas atrasadas desde la fecha en la que debería haberse inscrito junto a recargos e intereses.

Para obtener más información sobre cómo facturar sin ser autónomo, así como ayuda y asesoramiento sobre la fiscalidad de los autónomos, es posible contactar con los profesionales expertos de la gestoría online de Infoautónomos.