La traducción automática ha avanzado significativamente en las últimas décadas, y su uso se ha vuelto omnipresente en la sociedad globalizada de hoy en día. Sin embargo, surge una pregunta importante en el ámbito científico: ¿Puede emplearse en la traducción científica de manera efectiva y precisa? Esta modalidad de traducción abarca textos científicos de muchos sectores como química y bioquímica, medicina, veterinaria, farmacología, odontología, biología y psicología, entre otros.

La respuesta a esta pregunta no es sencilla, ya que depende de varios factores. En primer lugar, es importante comprender cómo funcionan las herramientas de traducción automática. Estas herramientas utilizan algoritmos basados en el procesamiento de lenguaje natural para traducir texto de un idioma a otro. A medida que la inteligencia artificial avanza, las traducciones automáticas mejoran en términos de fluidez y comprensión contextual, lo que las hace más útiles en una variedad de contextos. Permiten reducir los tiempos y los costes de traducción de un texto científico, paso necesario para que tenga un alcance internacional.

Sin embargo, en los textos científicos, según afirman los especialistas de la agencia de traducciones Intertext, la precisión es crucial. Los errores de traducción pueden tener consecuencias graves en la interpretación de resultados, la revisión de literatura y la comunicación de hallazgos a la comunidad científica global. Los textos científicos a menudo contienen términos técnicos, jerga especializada y estructuras gramaticales complejas que pueden resultar desafiantes para las herramientas de traducción automática. Los motores de traducción automática o los modelos de lenguaje natural como ChatGPT, Bard etc., hoy en día, no ofrecen la fiabilidad necesaria para prescindir de la revisión humana. Este tipo de tratamientos automáticos pueden transformar un texto, pero no lo comprenden con la amplitud que lo hace un ser humano que, además, dispone de otros conocimientos extralingüísticos que le pueden ayudar en la interpretación del texto.

Traducción y ciencia: inteligencia artificial utilizada con inteligencia humana

En el ámbito de las ciencias, la traducción automática puede ser una herramienta valiosa para los científicos si se utiliza de manera inteligente.

Siempre es esencial contar con una revisión humana. Un científico o traductor experto debe verificar y corregir las traducciones automáticas para garantizar la precisión.

La traducción automática puede ser útil para obtener una comprensión general de un texto científico en un idioma extranjero. Sin embargo, no se debe confiar ciegamente en ella para interpretar datos críticos o detalles específicos. 

Existen herramientas de traducción automática especializadas (entrenadas) en ciencias y tecnología. Estas pueden ser más precisas en la traducción de términos técnicos y jerga científica, pero no son infalibles.

La traducción automática puede facilitar la colaboración internacional en la investigación científica al eliminar las barreras idiomáticas. Sin embargo, siempre se debe tener en cuenta el grado de fiabilidad de la misma y la posibilidad de errores o imprecisiones.

En resumen, la traducción automática puede ser una herramienta valiosa en la traducción de textos científicos, y de hecho ya está incorporándose en el flujo de trabajo en las agencias de traducción profesionales. Pero debe utilizarse con precaución, con una preparación experta de los textos y siempre acompañada de una revisión humana cuidadosa. No sustituye la experiencia y el conocimiento de un traductor o científico especializado. Es probable que veamos mejoras en la precisión de las traducciones automáticas en el ámbito científico, pero la precaución y la supervisión seguirán siendo esenciales para garantizar la calidad y la integridad de la investigación científica en un mundo cada vez más interconectado.